¿Cómo se mide la salud de un edificio? Para algunos arquitectos las claves se encuentran en el control energético, un precio razonable de la construcción, la calidez de los espacios interiores y la relación entre arquitectura y naturaleza. En Vic hay un ejemplo que reúne todas las características: el Centro Médico Psicopedagógico de Osona. En El País, desglosan las decisiones arquitectónicas que han llevado a considerar este edificio como sano.
La clasificación energética A es una de sus propiedades más destacadas. Y es que el edificio permite adaptar la demanda energética según la ocupación interior y el clima exterior. En esta conjunción de hechos es clave el aislamiento, que mantiene la temperatura del interior ajena a los cambios externos. El poliestireno expandido es uno de los materiales más usados en construcción para aislar las paredes de los edificios, por sus altas propiedades térmicas.