La Directiva Marco de Residuos obliga a los Estados miembros a aumentar el reciclaje de residuos municipales, ‘hasta un mínimo del 55 %, 60 % y 65 % en peso para 2025, 2030 y 2035, respectivamente’. Para poder cumplir con la normativa hacen falta plantas de reciclaje eficientes.
Los ciudadanos cada vez más asumen como natural la separación de papel y cartón, vidrio, envases y otros residuos. Qué sucede después, es decir, cómo es el proceso de reciclado, sigue siendo un misterio para muchos de ellos.
Este desconocimiento también se da en muchas empresas consumidoras de packaging, entre las que aún quedan dudas sobre qué hacer con los embalajes una vez cumplida su función, o qué envases adquirir teniendo en cuenta su perfil de reciclabilidad.
Hoy analizamos cómo funcionan las instalaciones de reciclaje (o reciclado, ambos términos se usan indistintamente), qué se está haciendo para optimizar esos procesos y qué opciones de packaging aportan ventajas para su reciclaje.
Proceso de reciclaje en una planta eficiente
El reciclaje empieza en casa, en las oficinas o en cualquier otro tipo de negocio donde se realice una adecuada separación de los residuos. Depositar aquellos materiales reciclables en los contenedores pertinentes es el primer paso para poder valorizarlos como nuevas materias primas.
En casi todos los municipios hay tres contenedores (o iglús) fundamentales para el reciclaje de residuos sólidos urbanos:
- amarillo, para envases
- verde, para vidrio
- azul para papel y cartón
Esta selección ‘doméstica’ no profesional no siempre es exquisita.

De ahí la necesidad de pasar primero por una planta de clasificación de residuos, donde se identifican y agrupan los materiales que se reciclarán juntos, y se separan de otros materiales impropios (los que no entran en un determinado flujo de reciclado o, directamente, no son reciclables).
La planta de reciclaje es una instalación industrial donde los residuos se tratan para convertirlos en nuevas materias primas. En estas instalaciones se pueden reciclar materiales como plástico, papel, cartón, vidrio, metales, entre otros.
El proceso de reciclaje arranca con la propia recepción y clasificación de los residuos. A partir de ahí se pasa por la separación de los materiales reciclables, el tratamiento y procesamiento de los residuos y su reintroducción en el sistema productivo como materias primas.
1. Recepción y clasificación de residuos
Los camiones de gestión de residuos urbanos descargan los materiales en un área de recepción. A través de cintas transportadoras, todas esas bolsas de residuos u otras formas de agrupación pasan al interior de la planta.
En una primera etapa se efectúa un descarte manual a simple vista de aquellos residuos que claramente no están donde deben. También se retiran los excesivamente voluminosos y se derivan a una máquina troceadora. Una vez fragmentados, se reintegran al flujo normal de reciclaje.

2. Separación de materiales reciclables
Tras ese primer triaje, los materiales pasan a un segundo nivel de clasificación automatizado más exhaustivo. Para ello, se pueden utilizar imanes con el fin de separar los metales de otros materiales (las latas de las botellas de plástico, por ejemplo), o emplear técnicas como la flotación o la criba para separar el plástico de otros desechos.
Gracias a estos mecanismos físicos en pocos segundos los materiales se agrupan por tamaños y densidades. Por ejemplo, se separan las bolsas de plástico de las botellas, o los plásticos del cartón.
Los materiales siguen su camino hacia unos detectores ópticos. Estos sistemas descartan de forma más exhaustiva los residuos no aptos para el reciclado, o que no corresponden a los materiales que se pretende reciclar.
Recientemente han empezado a introducirse en el mercado botellas de PET y tetra briks (agua, refrescos, leche…) con los tapones unidos al resto del envase. Esta forma de ecodiseño será obligatoria en 2024 de acuerdo con lo establecido en la Directiva sobre plásticos de un solo uso. Este nuevo formato resuelve la ineficiencia que suponía que los tapones se desprendieran del envase y acaban en el contenedor de residuos generales. O, peor aún, abandonados en el medioambiente.
En las plantas de reciclaje los tapones sueltos también generan problemas. Por su pequeño tamaño y su forma cilíndrica se escabullen y ruedan entre los mecanismos, pudiendo atascar parte de la maquinaria. Al ir unidos al envase, se simplifica el reciclado completo del envase y se evitan esas averías. Además, se recupera un material de alto valor, ya que los tapones se fabrican en polietileno de alta densidad.
Los ingenieros de maquinaria unen sus esfuerzos a los expertos en materiales para solventar otras ineficiencias en los equipos de reciclaje. En concreto, en lo que respecta a los detectores ópticos en las plantas de selección.
Pese a que cada vez son más precisos, aún tienen dificultades para detectar algunos materiales. Es lo que sucede en el reciclaje del plástico con los termoformados que contienen negro de carbono. Por eso en Knauf Industries hemos desarrollado KAPLIGHT®, un material con idénticas prestaciones que el polipropileno (PP) negro convencional, pero ‘visibles’ en los sistemas de clasificación de las plantas de reciclaje.
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Otro desarrollo tecnológico que permite optimizar el reciclaje en la fase de triaje es un sistema de marcación fluorescente según el tipo de material. Incorporar este sistema implica una inversión que muchas plantas aún no han hecho, pero que contribuiría de forma notable a aumentar la cantidad de materiales reciclados con éxito.
3. Trituración y compactación
Una vez que todos los materiales reciclables están debidamente clasificados, se prensan en ‘balas de reciclaje’. También pueden triturarse para reducir su volumen. Así se optimiza el transporte las plantas de reciclaje.
Antes de introducirlos en los camiones, se suman aquellos materiales seleccionados ya en origen, como los restos de periódicos y revistas enviados desde las editoriales.
4. Tratamiento y procesamiento de residuos
Ya en la planta de reciclaje algunos materiales pueden someterse a algún proceso adicional.
El papel y el cartón se mezclan con agua para formar una pasta de papel, y luego se eliminan las impurezas (como las tintas) mediante filtración y otros procesos de purificación. Los envases de plástico se lavan y secan para eliminar restos de alimentos, cosméticos…
5. Transformación y fabricación
Ya limpios, los papeles y cartones se trituran hasta lograr una pulpa. En el caso de los plásticos, se granjean y trituran hasta convertirlos en granza. Así es el reciclaje mecánico, el más extendido, no solo para packaging, sino para mobiliario de exterior, material de fontanería y otros enseres de polipropileno. Es el que se efectúa en este tipo de plantas de reciclaje
Los materiales que se obtienen por reciclaje mecánico aún tienen limitaciones para su uso alimentario. Hasta ahora solo es posible reintroducir para este uso el PET (como RPET). Este material plástico es el habitual en las botellas de bebidas de un solo uso.
Recientemente se ha anunciado la construcción de una planta de reciclaje mecánico de poliestireno (PS) posconsumo con capacidad para depurar los residuos acorde a los estrictos requisitos que marca la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para usos alimentarios.
Es una muestra más de cómo los avances en tecnología permiten mejorar la circularidad de los materiales.
En el caso del plástico, existe también el reciclaje químico mediante el cual los plásticos se reducen a monómeros. O, lo que es lo mismo, se producen nuevas materias primas cambiando la estructura química de los residuos plásticos. Estos procesos están regulados por la norma ISO 15270:2008 y avalan el lugar del plástico en la economía circular.

Tecnología y maquinaria utilizada en las plantas de reciclado
El tratamiento de residuos reciclables requiere tecnologías de reciclaje y equipos específicos para optimizar la recuperación de recursos materiales.
- Cintas transportadoras. Permiten el desplazamiento rápido y controlado de los residuos a través de la planta.
- Separadores magnéticos. Separan los materiales ferrosos (acero o hierro) del resto.
- Detectores ópticos. Dispositivos que usan sensores de infrarrojos para identificar y separar los materiales según su composición química, color o propiedades físicas. Permiten, por ejemplo, separar y agrupar los diferentes tipos de plásticos.
- Tambor de criba, trommel o trómel. Especie de túnel giratorio con aberturas de diferentes tamaños. Sirven para separar los materiales por tamaño. También, para descartar los materiales impropios.
- Trituradoras y molinos. Reducen el tamaño de los materiales reciclables, facilitando su manipulación y procesamiento posterior. Es frecuente usarlos para reducir el tamaño de las botellas de plástico o las latas de aluminio.
- Compactadoras. Aprisionan los materiales reciclables en balas. Al ocupar menos volumen, se manejan y transportan mejor.
- Lavadoras y secadoras. Limpian y secan los materiales como el plástico o el papel para eliminar otros residuos (etiquetas, tintas, aceites…).
- Equipos de fundición y moldeo. Funden los residuos de metales, como el aluminio, o el vidrio, para convertirse en una pasta con la que fabricar nuevos productos.
A estos sistemas se pueden sumar plantas de tratamiento de aguas residuales donde se trata el agua utilizada en los procesos de lavado y limpieza, bien para reutilizarla, o para verterla al exterior sin contaminar.

Beneficios del reciclaje en una economía circular
El reciclaje facilita la conservación de recursos naturales, salvaguarda la independencia productiva y un mayor control de los precios de las materias primas, reduce la contaminación y genera empleo, investigación y desarrollo industrial.
- Conservación de recursos. La recuperación de materiales como nuevas materias primas para reintroducir en el sistema productivo evita recurrir a materias primas vírgenes. Por ejemplo, el reciclaje de papel y cartón evita la tala de árboles. El reciclaje de plástico ahorra petróleo. También se ahorra la energía necesaria para hacer esas extracciones.
- Autonomía. Desde el punto de vista de un país, dar nueva vida a los recursos materiales garantiza la independencia productiva frente a otros países productores de materias primas.
- Mayor control de los precios de las materias primas. Reciclar en el propio país evita las fluctuaciones de precios por guerras, boicots o alianzas extra nacionales que pueden desestabilizar los mercados de las materias primas.
- Reducción de residuos y contaminación. Se envían menos residuos a incineradoras y vertederos. Esto a su vez disminuye la contaminación del suelo, el agua y el aire asociada con la eliminación de desechos.
- Generación de empleo. Pese a tratarse de procesos muy automatizados, hacen falta profesionales en planta, profesionales para reparar y poner a punto las máquinas, controladores del software…
- Estímulo a la innovación. Se incentiva a mejorar los procesos de selección, el propio reciclaje, así como la incorporación de los materiales reciclados a nuevos ciclos productivos. Esto obliga a diseñar nuevas tecnologías y maquinaria para hacerlo posible.
- Ingresos para los municipios. Una buena gestión de los materiales reciclables supone una fuente de ingresos para las arcas municipales. Por no hablar de los costos que se ahorran en gestión de vertederos o incineración de residuos.
La Ley de Residuos y Suelos Contaminados y el RD Envases marcan la hoja de ruta para los próximos años en España en materia de reutilización y reciclaje de envases plásticos.
Impacto ambiental y sostenibilidad
El reciclaje juega un papel clave para mejorar la sostenibilidad. Veamos algunos aspectos en los que mejora el impacto ambiental:
- Conservación de recursos naturales. Reciclando más se reduce la necesidad de extraer o recopilar por otros medios nuevas materias primas. Así se conservan recursos naturales como los árboles (para el papel), el petróleo (para el plástico) y los metales.
- Reducción de la contaminación. La extracción de recursos naturales es una actividad muy contaminante. Evitarlo reduce también la contaminación y emisión de gases de efecto invernadero (GEI) asociados. Si consideramos los residuos que dejan de ir a el agua y el aire asociada con la eliminación de residuos.
- Menos huella de carbono. Producir materias primas vírgenes genera el 18% de GEI en Europa, según la Agencia Europea del Medio Ambiente. Reciclarlas reduce las toneladas de GEI anuales. Así se ayuda a frenar el calentamiento global.
- Atar y procesar las materias primas vírgenes. Eso implica menos GEI y otro paso para frenar el calentamiento global.
La economía circular se basa en cambiar el modelo productivo lineal por otro circular. El reciclaje es una forma de lograrlo sin renunciar al crecimiento económico, pero con una reducción del impacto ambiental.
En Knauf Industries somos expertos en soluciones con materiales plásticos reciclables yOPS y RKAP. También, en soluciones monomaterial para facilitar el reciclaje al final del ciclo de vida de los productos.
Porque la circularidad no empieza en el contenedor amarillo, sino en el ecodiseño.
Preguntas Frecuentes FAQS sobre el funcionamiento de una planta de reciclaje
La planta de reciclaje es una instalación industrial donde los residuos se tratan para convertirlos en nuevas materas primas.
El proceso de reciclaje arranca con la propia recepción y clasificación de los residuos. A partir de ahí se pasa por la separación de los materiales reciclables, el tratamiento y procesamiento de los residuos y su reintroducción en el sistema productivo como materias primas.
En una planta de reciclado se pueden reciclar materiales como plástico, papel, cartón, vidrio, metales, entre otros.
El reciclaje facilita la conservación de recursos naturales, salvaguarda la independencia productiva y un mayor control de los precios de las materias primas, reduce la contaminación y genera empleo, investigación y desarrollo industrial.