Episodio 38 de packaging podcast: El tapón, el guardián del packaging

Hoy, en el episodio 38 de packagin podcast, os hablamos de un elemento tan importante como discreto en el packaging de bebidas, alimentos y también de cosmética: el tapón. Os invitamos a acompañarnos en un recorrido por la historia, las anécdotas y los usos variados de ese elemento entrañable y absolutamente usual.

Lo primero, decir que es importante por motivos obvios (que no se derrame el contenido), pero también por otras  muchas razones no tan obvias…

  • Es un gran embellecedor (función decorativa).
  • Tiene un importante componente diferenciador (un tapón original ayuda a distinguir nuestro producto de otro muy similar). Por tanto, es un elemento clave de marketing. Los fabricantes de bebidas y de cosmética lo saben bien.
  • Habla de nuestros valores y peculiaridades (por ejemplo, un tapón negro puede significar elegancia, un tapón de madera puede sugerir que esconde un contenido Premium…)
  • La parte legal (sobre todo en los alcoholes, por ejemplo): el tapón garantiza el precinto o se complementa con él.
  • IOT: los tapones pueden llevar tecnologías de seguimiento.

Se dice que hay varios tapones que marcaron un antes y un después:

  • Tapón Putman: en 1859, W.H. Putman patentó su sistema de cierre, en el que el embotellador solamente tenía que cambiar el corcho mientras que el  alambre permanecía fijo. Poco más tarde evolucionó con el llamado ‘Tapón Rayo’, Esto se sigue viendo, con algunas mejoras, en botellas de vidrio que incorporan el tapón para que no se caiga.
  • El tapón ‘Codd’: en 1870, el británico Hiram Coddregistró en la oficina de patentes británica su propio prototipo, una botella muy original que incorporaba una bolita, empujada hacia arriba por la presión del líquido. Cuando querías beber, presionabas la bolita hacia abajo y bebías. ¿Problema? Ni os lo imagináis: que los niños rompían las botellas para hacerse con la bolita, lo que hacía muy complicada la reutilización de la botella.
  • El tapón de rosca: a finales de 1870, Henry Barrett registró la patente de la tapa de rosca, que tuvo un gran éxito y consiguió expandirse por todo el mundo.
  • Tapón de corona… las archiconocidas ‘chapas’. Datan de 1891, cuando William Painter patentó este tipo de cierre, que la empresa norteamericana Crown Holdingsse encargaría de popularizar. ¡A la ‘chapa’ ya le dedicaremos un podcast otro día porque bien lo merece!

Capítulo aparte merece el tapón de corcho, tan popular en los vinos. Vamos a contar algunas cosas sobre este tipo de tapón. Aunque se atribuye su invención a Dom Pierre Pérignon, el monje benedictino que descubrió el método de producción del champán (siglo XVII),  en realidad el tapón de corcho ya aparece en ánforas y vasijas cientos de años atrás. Perignon, por su parte, sí experimentó con varios materiales que permitiesen soportar la presión del champán, y llegó a la conclusión de que este material, que procede de la corteza del alconornoque, era ideal.

Como curiosidad, la extracción del corcho se hace cada 9 años. Por cierto, la producción de corcho es una industria indiscutiblemente ibérica: Portugal produce 160.000 toneladas anuales, el 54% de la producción mundial de corcho. España le sigue con un 19%.

¿Por qué se usa el corcho como tapón para bebidas? Vino, champán… por sus características: impermeable, flexible, adaptable, duradero…. Y barato. Y una cosa clave: no es tóxico ni contaminante, claro.

Es verdad que van surgiendo algunas alternativas al tapón de corcho. Por ejemplo, con vinos jóvenes se usan tapones sintéticos y también tapas de rosca. Veremos si se consolida porque ya hay tapones de rosca que se usan para vinos de cierta calidad.

En España, el 95% de los vinos llevan tapón de corcho. Entonces, ¿ese 5% son vinos de mala calidad? Está por ver.  Lo que es cierto es que hay países con muy buena producción de vinos donde el tapón de rosca es mayoritario. Así lo acreditan datos concretos: en Nueva Zelanda, el 95% del mercado vinícola usa tapón de rosca. En Australia, el 80%. En Chile, un 63%….

Al empezar este podcast hablábamos de cómo un tapón puede cambiar la percepción que tenemos de un producto. Y sobre todo a diferenciarnos. Pues un caso claro es el agua. Todas las botellas de agua ofrecen exactamente lo mismo, con pequeñas diferencias casi inapreciables para la mayoría de nosotros.

Un ejemplo concreto: en 2014, la marca francesa de agua Vittel, en colaboración con la agencia de marketing Ogilvy París, lanzó un tapón que recordaba que debes beber agua. Tenía un tapón de rosca normal que incluía (esta era la novedad) un temporizador. Cada 60 minutos… se activaba una pequeña bandera a modo de recordatorio. Bandera subida = tienes que beber (cosas del marketing).

Otro ejemplo curioso: en 2018, en pleno auge del ‘procés’, la firma Font Vella se metió en un embrollo inesperado porque uno de los tapones de sus botellas era de color amarillo. Mucha gente interpretó (y difundió en redes sociales) que era en apoyo a los presos, lo que generó rechazo en algunos sectores (y entendemos que apoyo en otros). En todo caso, Font Vella tuvo que salir a aclarar que usaba tapones amarillos, naranjas, rojos… y que no tenía nada que ver con el procés.

Otro caso extremo: el agua Svalbardi. Era agua procedente de un archipiélago noruego (Svalbard) y el precio de su botella de 75 cl era de 94 euros. Claro, con un producto así no puedes poner cualquier tapón: además de un envase de vidrio de cuidado diseño, le puso un tapón de madera con un símbolo termograbado. Por cierto que este tapón lo fabricó una empresa española, Pujolasos (Sant Pere de Torelló).

Tapones de madera… esto nos lleva ya al terreno de la cosmética. Todas las firmas de cosmética han usado en algún momento la madera para embellecer sus frascos. Pero sobre todo han conseguido darles ese toque Premium que necesitaba. Lo hizo Inditex, por ejemplo. O Loewe, que usó tapones con madera de fresno.

Pero seguimos con la cosmética más básica, que como veréis se solapa en parte con la higiene doméstica. Productos de limpieza, incluso. Hay muchísimas posibilidades. Aquí van sólo algunas:

Tapón o tapa FLIP FLOP: un tapón compuesto de dos piezas unidas entre sí: la base, que va unida al envase, y el tapón que se abre y cierra (flip-flop). Es muy habitual en productos cosméticos y de higiene doméstica.

TAPAS DISC TOP: este nos suena a todos para cremas y productos varios. Se caracterizan por su disco que, al ser presionado por un lado, se levanta por el otro para ser abierto y permitir dispensar el producto.

PIPETA O CUENTAGOTAS: Un clásico de la cosmética e incluso de la farmacia.  Se utiliza para administrar pequeñas cantidades de líquido vertiéndolo gota a gota.

BOMBAS ATOMIZADORAS DE VÁLVULA: es un tapón pero sobre todo es un pulverizador de líquidos.

PISTOLAS ATOMIZADORAS: muy útil para productos de limpieza (ejemplo limpiacristales). Casi lo mismo que las bombas atomizadoras, sólo cambia la estética del envase y la capacidad. Generalmente, para envases de mayor capacidad, se usa la pistola atomizadora ya que permite un manejo más fácil del envase y es más cómodo para pulverizar el producto.

Para acabar este recorrido por el universo del tapón, no podemos dejar de hablar de los tapones de aceite. Son un caso interesante porque, al contrario que un refresco o bebida convencional, cada gota vale dinero. Al aceite le llaman ‘oro líquido’ por algo… Y por supuesto necesitamos verterlo sobre la comida con mesura, para que no se convierta en una balsa.

Tradicionalmente se habían tapado con un corcho y asunto resuelto. Pero además de ser poco práctico, la legislación obliga a usar (hablamos de restaurantes) envases  irrellenables. Hay una empresa que se llama Torrent Closures, con sede en Jerez de la Frontera, especializada en tapones para Aceite de Oliva Virgen Extra y Vinagres. Me parecen un buen ejemplo porque llevan 102 años, así que algo saben de tapones… 

En los años 40 fabricaban ya un modelo de ‘corcho cabezudo’, que es este que parece una seta para entendernos. Luego vendría el cabezudo con corona de madera, que es una evolución del mismo modelo. Pero en 1957 es cuando viene la irrupción de un modelo con enormes posibilidades de marketing: un tapón de corcho, con la corona de madera o plástico y personalizable. Esto facilitaba la visibilidad de las marcas, claro.

En los 70 lanza el tapón de aluminio Pilfer, que es este tapón de apariencia sencilla que recubre muchos envases de vinagre de Módena, por ejemplo.  Y ya en 1972 lanzan el tapón irrellenable. Pero si te parece, este tema de los tapones de aceite, que encuentro MUY interesante, lo abordaremos con la extensión que se merece en otro podcast…

 

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