¿Te has parado a pensar cómo lee un invidente el etiquetado de los productos del supermercado? ¿Y cómo abre y cierra una caja una persona con dificultades motrices? El envase no solo protege al producto. Es también una vía de acceso y comunicación con el consumidor. Por eso es tan importante un packaging inclusivo.
¿Qué es un packaging inclusivo?
El packaging inclusivo es el diseño de envases y embalajes accesibles a las necesidades de diferentes usuarios. Garantiza el derecho de los consumidores a acceder a todos los productos, independientemente de su edad, género, habilidades o características físicas.
Esta inclusividad permite que cualquier persona elija y acceda a un producto determinado de forma autónoma y libre, sin que nadie se lo acerque o se lo abra.
También garantiza su seguridad, al acceder a informaciones tan importantes como la fecha de caducidad en los envases alimentarios, los alérgenos o las instrucciones de uso y riesgos de una mala manipulación.
Beneficios del diseño de packaging inclusivo
Entre los beneficios del packaging inclusivo se encuentran una mejora de la accesibilidad, de la experiencia del usuario y su contribución a la inclusión social. Además permite informar directamente al consumidor final de forma fácil, transparente y sin mediadores.
Esto último es de máxima importancia, por ejemplo, cuando esa información tiene consecuencias inmediatas en la salud. Es lo que sucede cuando se trata de conocer si un alimento contiene alérgenos (o trazas) o si es apto para una dieta vegana o baja en sal.

Pero plantear soluciones inclusivas en el packaging no solo las acerca a personas con una discapacidad evidente, como ceguera o dificultades motrices (Parkinson) o de lectura (TDAH, dislexia…). También se abre a personas mayores, niños o todo aquel que en un momento puntual tiene una discapacidad motriz o sensorial.
Sin ir más lejos, muchos de nosotros tenemos que ponernos las gafas o convertir la cámara del móvil en una lupa para leer las instrucciones de uso de un producto o las calorías, alérgenos o el origen de un alimento. Y no es por manía: la vista no nos alcanza para leer muchos de los etiquetados obligatorios por lo pequeños que son.
El Reglamento 1169/2011 sobre el etiquetado obligatorio de los alimentos establece un tamaño de letra mínimo de 1,2 mm, que se reduce 0,9 mm en los envases muy pequeños. Tipografías mínimas que aprovechan el espacio, pero son de difícil lectura. Un obstáculo que se salva con la incorporación de códigos u otro tipo de etiquetas inteligentes.
Accesibilidad y ergonomía
Un envase debe ser fácil de entender, asir, manipular y almacenar por cualquier persona. Ese debe ser el objetivo final de la accesibilidad en el diseño de packaging. Este concepto no es nuevo. Las cajas de comida para llevar ya tienen presente la seguridad alimentaria y la facilidad de apertura.
Un packaging ergonómico y accesible añade asas a los envases, zonas rugosas para evitar que resbale entre los dedos, tapones adaptados a la fuerza o destreza del usuario, formas ergonómicas, etiquetados legibles…

Experiencia del usuario mejorada
Piensa lo frustrante que es intentar abrir un bote y que la tapa no gire. O, peor aún, no saber cómo se abre porque el diseño es tan moderno que no eres capaz de entenderlo. Por no hablar de esos etiquetados con tipografías tan mínimas que ni Superman accedería a leerlas.
No hace falta tener una discapacidad concreta para encontrarnos con dificultades ante un envase, pero para quienes viven con una discapacidad esos obstáculos son su día a día.
También lo son para las personas mayores, un grupo poblacional en aumento.
El informe ‘Perspectivas de la población mundial 2022’, de Naciones Unidas, alerta de que para 2050 los mayores de 80 años se habrán triplicado. Una situación que se traduce en el triple de usuarios con pérdida de fuerza y dificultad de agarre por la artritis, el reuma o el Parkinson.
Y sin duda, con peor visión. Por eso el diseño inclusivo para personas mayores reclama tipografías mayores y formas adecuadas a una movilidad decreciente.
El diseño centrado en el usuario en packaging inclusivo cambia el chip.
Ya no solo se pone el foco en el producto, sino que se replantea la usabilidad de los envases para que el usuario no se sienta inútil, viejo o irrelevante para el mercado. Si siente que quien ha diseñado el envase ha pensado en sus capacidades, sentirá afinidad por el producto y es probable que repita su compra.
Una buena experiencia de usuario implica una comunicación inclusiva (tipografías legibles, diseño comprensible y señalética ampliamente conocida) y envases universales para todos (formatos simples e intuitivos).

Contribución a la inclusión social
Todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos a acceder a todos los productos del mercado de forma libre y autónoma, independientemente de nuestras capacidades, edad, sexo o situación sociocultural.
Sin embargo, las personas con algún tipo de discapacidad se convierten dependientes y privadas de esa elección autónoma cuando no son capaces de hacer la compra sin la asistencia de un tercero.
“Cuando llego a una tienda que no conozco, necesito ayuda para saber dónde están las cosas y alguien a mi lado que me diga qué marcas o productos concretos hay en cada balda. Solo con tacto no puedo. Parece una nimiedad, pero limita mucho tu capacidad de elección porque al final, te da apuro preguntar qué ingredientes lleva tal lata de tomate o qué diferencias hay entre las distintas cajas de galletas”, comenta Francisca Rigo Pons, responsable del área de desarrollo tecnológico de Ceapat-Imserso.
Ofrecer envases adaptados a las personas con discapacidad – incluido un etiquetado inclusivo – es aún hoy una asignatura pendiente en materia de inclusividad.
Afortunadamente, la innovación en packaging inclusivo avanza de forma imparable y, gracias a las nuevas tecnologías, con un coste menor de lo que podría parecer.
Tendencias y soluciones en packaging inclusivo
Las tendencias en packaging inclusivo se apuntan a las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías digitales, mientras que en los laboratorios de diseño se adaptan los formatos de los envases a las capacidades de los clientes potenciales.
Estas nuevas soluciones estimulan la creatividad de los ingenieros y permiten a los diseñadores gráficos canalizar parte del contenido del etiquetado a códigos digitales. Así logran envases con una estética más limpia y más clara, aportando, a la vez, mucha más información.
Nuevas tecnologías aplicadas al diseño inclusivo
Tecnología y packaging inclusivo cada vez van más de la mano. Entre las tecnologías que ya es posible aplicar encontramos las etiquetas inteligentes con distintos tipos de códigos, la realidad aumentada y la realidad virtual.
- Etiquetas inteligentes. Adiós a las tipografías minúsculas que resultan ilegibles en cuanto tienes unas dioptrías y adiós a renunciar a incluir informaciones adicionales por falta de espacio.
El etiquetado digital con códigos QR, BIDI, NaviLens o similares proporciona información adicional sobre el producto escaneando con un dispositivo móvil. Estos códigos permiten añadir instrucciones de uso ampliadas, contenido multimedia, información nutricional o cualquier otra información relevante.
En concreto, NaviLens detecta los códigos son necesidad de encuadrar y enfocar y ‘traduce’ el mensaje visual en un mensaje auditivo.
- Realidad aumentada (AR). Incorporar una capa de color u otro tipo de señalética facilita la lectura de los contenidos de especial importancia para las personas con discapacidad visual (como los alérgenos). Superpones a un envase una nueva capa o ser interactiva, o un boton
Personalización y adaptabilidad
Imagina que tu cliente tienes artrosis y no puede abrir tu envase del guacamole. O que tiene alergia a la soja y no es capaz de leer la etiqueta de información nutricional. O que trabaja en un almacén y apertura y vaciado de las cajas debe ser rápida.
Antes de hacer lo que el resto, plantéate quién va a usar tus envases y en qué circunstancias. ¿Lo pueden usar niños? ¿Es manejable por una persona mayor? ¿Vive solo o en familia? ¿Es posible abrir y cerrar la tapa con facilidad, incluso con artrosis?
Personalizar el formato y el tamaño de tus productos teniendo en cuenta los condicionantes de tu cliente potencial te permite satisfacer mejor sus necesidades.
Mejores prácticas en packaging inclusivo
Casos de éxito
En 2020 la división británica de Kellogg’s realizó varios tests con la ayuda del Royal National Institute of Blind People incorporando Braille y NaviLens en algunos paquetes de cereales. La mayoría se mostró a favor de incorporar NaviLens, por lo que la compañía decidió implementarlo en toda su producción a nivel internacional a partir de 2021.

“Como la fecha de consumo preferente de estos productos es de un año, tardamos más o menos ese tiempo en que llegaran al mercado, porque primero debían caducar los que ya estaban envasados en los anteriores formatos”, explicaba Amparo Lobato, Corporate Affairs Lead Iberia en Kellogg Company en la pasada edición de Pick&Pack.
Incorporar este código no supone un sobrecoste de diseño si se aprovecha el rediseño periódico de los paquetes. Además la propia aplicación traduce el contenido hasta en 36 idiomas. “Hemos detectado que lo usan mucho los turistas en zonas de playa para poder leer en sus respectivos idiomas”, añade Lobato.
Tras el éxito de acogida, la multinacional ya prepara su lanzamiento en otros de los productos líderes de su catálogo: Pringles. Otras marcas de alimentación, como El Pozo, también siguen sus pasos.
Packaging inclusivo: cómo queda el marco legal
En 2022 se promulgó la Ley 4/2022 de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica, con el objetivo de ayudar a la toma de decisiones de aquellos consumidores que no pueden ejercer sus derechos en una situación de igualdad.
En su disposición adicional primera se contemplaba exigir a las empresas de alimentación y productos potencialmente tóxicos (pegamentos, productos de limpieza…), la incorporación de un etiquetado inclusivo en ‘alfabeto braille y en otros formatos que garanticen la accesibilidad universal’.
Para llevarlo a cabo el Ministerio de Consumo se daba un año de plazo antes de publicar el Real Decreto que definiría los requisitos de ese nuevo etiquetado inclusivo.
Entre los sistemas que se consideraron estaban sistemas aumentativos y alternativos, braille, lectura fácil, pictogramas, dispositivos multimedia de fácil acceso, intérpretes, sistemas de apoyos a la comunicación oral, lengua de signos, lenguaje dactilológico, sistemas de comunicación táctil y otros dispositivos que permitan la comunicación.
En las consultas con los distintos sectores afectados, los fabricantes manifestaron sus dudas con respecto al braille por distintas razones:
- no es factible aplicarlo sobre todos los soportes
- encarece mucho la producción
- el braille permite a duras penas incluir el nombre de la marca y la descripción legal mínima obligatoria del producto (por ejemplo, nombre comercial + agua mineral 500 ml)
- una parte importante de las personas ciegas tienen ceguera adquirida y son ‘analfabetas’ en braille
- existen tecnologías digitales más fáciles de implementar y más asequibles
Finalmente, el pasado 21 de marzo veía la luz el Real Decreto 193/2023, por el que se regulan las condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad para el acceso y utilización de los bienes y servicios a disposición del público.

En el Art. 14 de este Real Decreto, relativo a la información y comunicación, se hace referencia a la información alimentaria y a los productos peligrosos:
“Las personas físicas y jurídicas proveedoras de bienes y las prestadoras de servicios a disposición del público deberán proporcionar a las personas usuarias y clientes con discapacidad, información sobre sus bienes y servicios en soportes y formatos accesibles y adecuados a sus necesidades, independientemente del canal que se utilice. En cualquier caso, las personas físicas y jurídicas proveedoras de bienes y las prestadoras de servicios incorporarán aquellas medidas necesarias, que resulten razonables y proporcionadas, en atención al tipo de bien y de servicio de que se trate de modo que las personas con discapacidad puedan acceder efectivamente a su contenido en igualdad de condiciones que cualquier otra persona cliente o usuaria, de forma que se asegure su adecuada comprensión.
En otras palabras: la nueva normativa deja a la elección del fabricante la forma de hacer sus etiquetados más accesibles, según sus recursos y clientes potenciales.
Sin embargo, aunque la norma deja no establece plazos para implementar estos etiquetados inclusivos, hacerlo cuanto antes supondrá una ventaja competitiva. Nadie duda de que la personalización en packaging inclusivo será clave para posicionar marca y productos en los próximos años.
Preguntas frecuentes sobre packaging inclusivo.
El packaging inclusivo es el diseño de envases y embalajes accesibles a las necesidades de diferentes usuarios. Garantiza el derecho de los consumidores a acceder a todos los productos, independientemente de su edad, género, habilidades o características físicas.
Entre los beneficios del packaging inclusivo se encuentran una mejora de la accesibilidad, de la experiencia del usuario y su contribución a la inclusión social. Además permite informar directamente al consumidor final de forma fácil, transparente y sin mediadores.
Un packaging ergonómico y accesible añade asas a los envases, zonas rugosas para evitar que resbale entre los dedos, tapones adaptados a la fuerza o destreza del usuario, formas ergonómicas, etiquetados legibles…
Tecnología y packaging inclusivo cada vez van más de la mano. Entre las tecnologías que ya es posible aplicar encontramos las etiquetas inteligentes con distintos tipos de códigos, la realidad aumentada y la realidad virtual.