Antes de 2030 todos los envases de plástico deberán ser reutilizables o reciclables, habrá que conseguir reciclar más del 50% de los residuos plásticos y los países europeos deberán multiplicar por cuatro la capacidad de selección y reciclaje respecto a 2015. Son tres de los objetivos más ambiciosos que plantea la Estrategia europea para el plástico en una economía circular, de la que habló el representante de la Comisión Europea en Barcelona, Ferran Tarradellas, durante la VII Inmersión Estratégica del Packaging Cluster.
“Debemos conseguir los objetivos empresariales de forma respetuosa con el medioambiente, apostando por la economía circular”, señaló, y apuntó que del paquete de 54 iniciativas impulsadas en este campo por el organismo europeo en 2015 se han implementado más del 80%, referentes a producción, consumo, diseño y etiquetado ecológico, residuos, agua, construcción o plásticos, entre otras.
En Europa se producen cada año 58 millones de toneladas de plástico, de las cuales el 40% corresponden a packaging. La industria del envasado acapara el 59% del sector del plástico. De los 25 millones de toneladas anuales de residuos plásticos, solo el 30% se recicla, el 39% es incinerado, y el 31% acaba en vertederos o en el mar.
“La estrategia europea para el plástico no es contraria a esta industria”, aclaró Tarradellas. “El plástico aporta muchos beneficios a la humanidad, pero hay que cambiar el modelo de producción. La economía circular genera oportunidades, y desde las administraciones se incentiva esta transformación”. Entre los cambios necesarios, destacó “disociar crecimiento económico con generación de residuos, modificar los hábitos de consumo y potenciar la innovación”.
Una de las principales causas de la enorme generación de residuos es que la mayoría de envoltorios de plástico se utilizan una sola vez, con lo cual la economía pierde el 95% de su valor, que la Fundación Ellen MacArthur cifra en hasta 105 millones de euros anuales. Por tanto, “el reto es conseguir la máxima productividad de cada unidad de materia prima, que se mantenga en el circuito económico el máximo tiempo posible”, indicó del representante de la CE.
La economía circular genera ahorro en la adquisición de materias primas (uno de los costes principales en la industria europea), un mejor diseño de producto significa optimizar el uso de materiales y facilitar su reciclaje, y aumentar el reciclaje incide directamente en el cuidado del medioambiente: cada millón de toneladas de plástico recicladas equivalen, en reducción de emisiones de CO2, a retirar un millón de coches de la carretera.
Knauf Industries está comprometida con la economía circular y, por tanto, en plena sintonía con los objetivos de la Estrategia europea para el plástico. Desde hace tiempo centra sus esfuerzos de I+D en conseguir envases 100% reciclables y en reducir al máximo la generación de residuos. Son ejemplos de ello la creación del certificado de sostenibilidad para sus envases EPS (poliestireno expandido) o Airpop, un producto compuesto en un 98% de aire, reutilizable y completamente reciclable, y la adhesión al programa internacional Operation Clean Sweep (OCS), cuyo objetivo es eliminar la transmisión de cualquier resto plástico al medioambiente y, en particular, al mar, donde la acumulación de residuos plásticos y microplásticos amenaza seriamente la vida marina.
La mitad de la basura que llega al mar la componen artículos de plástico de un solo uso, entre los cuales los más frecuentes son: botellas de bebida, colillas, envases de comida, bolsas, envoltorios de caramelos y de aperitivos, compresas, bastoncillos de algodón, globos, cubiertos, vasos y pajitas.
Ferran Tarradellas explicó en su conferencia que la Directiva europea aprobada en mayo pasado prohibirá a partir de 2021 la fabricación de productos plásticos de un solo uso, como los platos, cubiertos, pajitas, palitos de globos y bastoncillos de algodón, mientras que establece el objetivo de alcanzar el 90% de recogida de las botellas de plástico, que, para 2030, deberán contener al menos un 30% de componentes reciclados.
Reiteró la necesidad de apostar por la innovación como factor clave en la transformación de la cadena de valor del plástico, y apeló a la responsabilidad social de las empresas para tomar la iniciativa. Para ello cuentan, además, con incentivos públicos como la financiación del Banco Europeo de Inversiones a los proyectos innovadores que potencien la economía circular.
Algunas de las principales compañías fabricantes de envases de plástico se han comprometido a acortar los plazos planteados por la Comisión Europea. Knauf Industries, como primer transformador mundial de EPS, ya dedica todos sus esfuerzos a eliminar la huella de carbono en su actividad industrial.
La solución a la contaminación por plásticos no se puede abordar únicamente desde una perspectiva europea, pues se trata de un problema de alcance mundial. De hecho, entre el 88 y el 94% de los residuos terrestres que acaban en el mar proceden de ocho grandes ríos asiáticos y dos africanos. Es por ello que, según informó su representante en Barcelona, la CE trabaja en el apoyo de iniciativas multilaterales en materia de plásticos, en el despliegue de normas industriales internacionales y en la cooperación política con países no europeos, con especial atención a los proyectos a desarrollar en Asia.
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